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¿Cuándo usar una infografía?

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Por su atractivo y simplicidad se ha convertido en uno de los recursos más empleados, pero no necesariamente bien ubicados ya que no siempre sabemos cuándo usar una infografía de manera óptima. A veces las vemos como elemento decorativo forzado, sin una finalidad práctica.

Antes de continuar con la utilidad, despejemos la duda para aquellos que no lo sepan:

¿Qué es una infografía?

Concretamente es la interpretación visual, o gráfico-textual, de una cadena de información o conjunto de informaciones… que requieren ser comprendidas rápida o fácilmente. Esto último es un factor determinante y quizás la característica más apreciada en una infografía: la simplicidad de su contenido, que garantice una asimilación inmediata del mensaje.

infografia_mapa
Con frecuencia los mapas no requieren mucho apoyo textual. Los pictogramas, señales y elementos de soporte, facilitan una exhaustiva comprensión visual.

La infografía más clásica es un mapa. Con una serie de trazos y puntos podemos visualizar cómo será nuestro trayecto conduciendo entre una ciudad y otra. Si es un mapa simple, solo representará la carretera, pero si es más complejo, nos mostrará dónde hay montañas, parqueaderos, paraderos, estaciones de servicio, etc. Y todo esto en apenas uno o dos pliegos, si es impreso, o de manera inagotable si de una app se tratase (tipo Google Maps).

Ahora sí, respondamos al cuestionamiento de este artículo:

Toda infografía es un mapa

La utilización asertiva de una infografía depende de una correcta compresión de sus tipos, categorías, el canal que se utilizará y el tipo de público objetivo.

Cuando mencionamos al mapa como infografía clásica es porque básicamente todas sus categorías responden a las necesidades de este tipo de representación.

Por ejemplo, una infografía cronológica es un mapa de una serie de sucesos temporales. Una infografía estadística, es un mapa de crecimiento o disminución de valores. Pasa los mismo con una infografía metodológica, como los manuales de uso, que implica un mapa con un diagrama de procesos que faciliten la comprensión en el empleo de un artefacto o herramienta. Una infografía comparativa es, también, un mapa de acciones, valores o ventajas entre dos o más sujetos de estudio.

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Una infografía de proceso, describe los pasos que se deben ejecutar para lograr un objetivo determinado.

Entonces, la idea de mapa siempre debe estar orbitando alrededor de la creación de toda infografía y la utilidad de esta estará determinada por el conocimiento que tengamos de sus cualidades y ventajas.

Un mapa presenta la siguientes características esenciales:

  1. Visión general: En lo posible, dota al espectador de una visión panorámica. Cuando tomamos un mapa, sabemos de entrada si es un mapa de las estrellas, de carreteras, geográficos o del tesoro.
  2. Diagrama: Todo mapa (y toda infografía) plantea un recorrido. Esto se logra mediante el empleo de trazados con dirección, puntos de ubicación y señalizaciones.
  3. Destino: Un mapa te lleva, siempre, de un punto de partida a un destino obligatorio. En toda infografía sucede un propósito similar, por ejemplo:
    • Conocer el manejo de un aparato electrónico, desde su estructura hasta cada uno de los botones que lo integran (infografía metodológica).
    • Resumir una historia, empezando por el capítulo uno y, por supuesto, terminando en su desenlace (infografía de órdenes).
    • Determinar los logros de un mandatario en una línea temporal que comienza con su ascensión y finaliza con la entrega de su mandato (infografía cronológica y estadística).
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Muchas infografías son difíciles de clasificar, ya que desarrollan diversidad de enfoques: Datos estadísticos, comparación, conectividad, etc.

¿Cuándo usar una infografía?

Entendiendo las categorías, características y posibilidades obtendremos una idea clara de cuándo usar una infografía en nuestros proyectos. Básicamente, proponemos el planteamiento de una serie de preguntas para concluir si es necesario su desarrollo (es muy importante comprender que una infografía es un recurso que suele ser complejo, implica análisis, síntesis e identificación de estilo y sistema visual a emplear):

  1. ¿El proyecto es difícil de entender para un segmento del grupo objetivo? 
  2. ¿No se puede expresar por otro medio, por ejemplo, mediante un video o una narración?
  3. ¿El soporte a emplear obliga el planteamiento infográfico? ¿Es un prospecto impreso, una sección reducida de un sitio web o un mailing con un formato específico?

Por supuesto, podríamos considerar otras variables, pero con estas 3, podemos comenzar a deducir cuándo usar una infografía.

En pocas palabras, una infografía siempre estará determinada por su utilidad (más que por su valor estético, aunque sin renegar de este) y por su función pedagógica. Una infografía está obligada a transmitir un mensaje que ilustre y convenza al usuario.

¿Qué piensas de esta reflexión entorno a la utilidad de este tipo de representaciones? ¿Has realizado o tienes intención de ejecutar alguna infografía próximamente?

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